martes, 4 de agosto de 2009

Jack Daniels



Sentado en la barra
a los lejos veo mi reflejo
así, todo demacrado y agotado.

Es muy fácil sentir el bullicio
a mis espaldas.

El calor azota
y el sofoque prosigue su ejecución.

Mientras aprecio el vaso
pienso en tí,
fruta silvestre del bosque.

Otro más,
y me encuentro frente
a la masa negra que en el día
le llaman playa.

En el horizonte
restos de un naufragio
se iluminan por la luz
irradiante de la luna,
varada a lo largo del firmamento.

Ahí, entonces,
pienso en tí
fruta silvestre del bosque.

1 comentario:

Bacanal Literario dijo...

Mano, de verdad..... Inspiracion.
Ei, deja de pensar en el achol como forma de escribir porque sino terminas siendo poeta en hogarecrea :P