lunes, 7 de enero de 2013

Y al final

Y al final
has regresado.
Escalando las montañas
de papeles y panfletos.
Cruzando el escritorio
y vertiendote de pronto.

No pensé haberte perdido
pero sí abandonado.
Aunque siempre te veía
En el claustro: sagaz e intrépida,
desordenada, pura y viciosa.

No me entero de tu tardanza
me alegra tanto tu regreso
y me apena tu prolongada ausencia.

Me encanta escribirte, suspirarte
destrozarte y recrearte.
Te he anhelado con dulzura
y plácido confort.

Siempre espero
que el tiempo no nos separe
ni hoy ni nunca
mi querida, rota, fresca y odiosa
poesía.